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Levítico 19: El Dios de Orden

Hola! Retomemos nuestro estudio del libro de Levítico, ¿Recuerdas qué sección habíamos comenzado? En nuestro último estudio entramos en el capítulo 19, que algunos estudiosos han llamado la Mini-Torah, ya que se trata de un compendio de varias leyes o instrucciones que podemos encontrar ampliadas a lo largo de toda la Biblia. Abrimos la sección hablando sobre el principio de honra familiar, sin embargo, inmediatamente después de tocar este tema, la Escritura hace referencia a un tema diferente: un principio de orden.


Comencemos en el verso 3 que dice: Mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios (Levítico 19:3). Es de resaltarse que una misma declaración de la autoridad divina se relaciona en otros pasajes con otros mandamientos de la Escritura, y aquí con este principio de orden: Si yo soy Jehová, vuestro Dios, entonces ustedes deben respetar mis días de reposo.


A qué días de reposo se refiere Moisés? El idioma original utiliza la palabra shabbat, que es la manera hebrea de designar el séptimo día de la semana, que nosotros llamamos Sábado. El término en sí parece derivarse de la forma verbal, que significa cesar, parar, hacer una pausa. ¿Por qué querría Dios que su pueblo escogido guardara el shabbat? La respuesta a esta pregunta, según he podido constatar en la Escritura es como sigue: El shabbat representa el orden divino, establecido desde la creación del Universo, el mismo ritmo de Dios!


Se que este tema puede suscitar largas discusiones teológicas, y no tan teológicas, pero créame que no vengo de una formación Adventista, solamente pretendo analizar este tema en las Escrituras, y hacerlo sin tratar de forzar una interpretación en particular, sino con una mente abierta y un corazón receptivo y libre de prejuicios denominacionales. Intento descifrar al final si el shabbat es un tema relevante para el cristiano moderno, o simplemente un elemento histórico-cultural, sin mayor importancia.


¿Qué deberíamos hacer con un libro como Levítico, y con pasajes como el capítulo que nos ocupa? ¿Es la ley de Dios un conjunto de mandamientos y ordenanzas anticuadas, que prescribieron hace mucho tiempo, o más bien un compendio de principios eternos e ineludibles, que continúan rigiendo nuestras vidas en pleno siglo XXI, como dice el Salmo 19?


Salmo 19:7-9

La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma;

el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo.

Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón;

el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos.

El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre;

los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos...


Yo creo que Cristo cumplió la Ley a cabalidad, y lo hizo por mi, pero acaso lo hizo para que yo pudiera finalmente desentenderme de la Ley y rechazarla, o más bien para que yo considerara el amarla y el obedecerla en el poder del Espíritu Santo? Es la Ley un asunto del pasado, o es en realidad un asunto del futuro? Esperemos poder hablar de este tema muy pronto, pero por ahora, hablemos del Shabbat.

El origen del shabbat se encuentra en Génesis 2:2-3, Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que Él había creado y hecho. Para comprender el carácter de este día, prestemos especial atención a los cuatro verbos que aparecen en este pasaje.


En primer lugar, en el día séptimo, Dios completó su obra creativa. El verbo kalah sugiere la consumación o terminación de toda la obra, el sello de la creación de Dios. Es cierto que Dios continúa sustentando el universo, pero El no continúa creando cosas nuevas cada día, todo lo necesario fue terminado en el primer shabbat, y las leyes que gobiernan el funcionamiento de la materia y el cosmos entraron en vigor. Es por esta razón que el número siete en la Escritura representa la perfección, y la plenitud. En el pensamiento hebreo esa perfección se traduce en terminación, completamiento, consumación de algo.


La segunda palabra clave en este pasaje es el verbo reposar. En dos ocasiones se nos dice que Dios reposó ( shabath ) de toda la obra que había hecho. Si miramos bien, nos daremos cuenta que el verdadero significado de esta frase no conlleva a la idea de que Dios estuviera física y mentalmente agotado y necesitara tomarse unas vacaciones, la idea en el original simplemente es que Dios cesó, y no hizo nada creativo en ese día, porque ya todo había sido completado.


Resulta imposible mejorar un resultado perfecto; usted y yo nunca podremos mejorar algo que ya es perfecto y completo en su esencia, por ejemplo, la redención. Cuando Jesús exclamó: Consumado es! El completó su obra de redención, no hay nada que pueda añadírsele. Es por eso que durante el siguiente día de reposo, su cuerpo permaneció en el sepulcro. De la misma forma, cuando Dios terminó su obra de creación, vio que todo lo que había hecho era bueno y perfecto, y por eso descansó.


Una de las primeras promesas mesiánicas de toda la Escritura habla de Cristo como aquel que traería descanso a la tierra; esta palabra se encuentra en el libro de Génesis 5:29, donde se anuncia el nacimiento de Noé. El nombre Noé significa literalmente descanso, pero es evidente que este patriarca no trajo verdadero descanso al pueblo de Dios, sino que él sólo fue un tipo del Mesías. Es Cristo nuestro shabbat, mediante el cual podemos entrar al verdadero reposo. Descansando en él para nuestra salvación, ya no necesitamos obrar en nuestra carne para alcanzarla, ahora confiamos en su justicia y en la perfecta redención que obró por nosotros.


La tercera palabra dice que Dios bendijo el día séptimo, y ¿Cómo lo bendijo? El lo santificó. Ya hemos hablado antes sobre lo que significa santificar algo o a alguien, significa separar, consagrar, o dedicar al Señor. El séptimo día fue separado de todos los demás, para que fuera especialmente dedicado a Jehová. El carácter especial del shabbat se pone de manifiesto en el cuarto mandamiento:


Éxodo 20:8-11

Acuérdate del día de reposo para santificarlo.

Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.

Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.


Quizá la pregunta más obvia que podemos hacernos en este punto es esta: ¿Tiene Dios el lugar y el espacio que merece en nuestras apretadas agendas? El cuarto mandamiento es muy claro acerca de sus intenciones y demandas sobre nuestro tiempo. La seriedad de esta demanda se hizo evidente varias veces en la Escritura, cuando aquellos que osaban profanar este día, eran condenados a llevar la pena máxima.


La observancia del shabbat era central a la vida religiosa de Israel, y se convirtió en señal del pacto: Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel... (Éxodo 3:16-17).


No sólo las Escrituras establecen un shabbat semanal, también establecen semanas y años sabáticos, en los cuales la tierra se dejaba descansar de toda actividad agrícola, y se completaban ciertos ciclos. La desobediencia en este punto de la Ley, fue una de las razones que llevó a Judá al exilio babilónico.


¿Guardaba Jesús el shabbat? Como todo buen judío, respetuoso de la Ley y las costumbres religiosas, Jesús debió respetar el día de reposo, y así lo hizo; sin embargo, las Escrituras registran al menos 6 ocasiones diferentes en las que el Señor desafió el concepto tradicional judío del shabbat a favor del verdadero espíritu de la Ley: la misericordia. Mencionemos brevemente estas seis ocasiones:


  1. Los discípulos recogen espigas el día de reposo (Mateo 12:1-8).

  2. Jesús sana al hombre de la mano seca en el día de reposo (Mateo 12:9-13).

  3. Jesús sana a la mujer encorvada en día de reposo (Lucas 13:10-14).

  4. Jesús sana a un hombre hidrópico en día de reposo (Lucas 14:1-6).

  5. Jesús sana al paralítico de Betesda en día de reposo (Juan 5:1-18).

  6. Jesús sana a un ciego de nacimiento en el día de reposo (Juan 9).

Aparentemente, Jesús llevó a cabo gran parte de su labor ministerial en Shabbat, aún cuando el hacerlo lo colocaba en el blanco de toda clase de disputas y criticas por parte de las autoridades religiosas de su tiempo. El simplemente tenia un entendimiento superior, de primera mano, sobre la verdadera naturaleza del día séptimo, en el cual, era apropiado hacer el bien, sanar a los enfermos y liberar a los cautivos y afligidos por el Diablo.


Algunas de las declaraciones del Señor sobre el shabbat nos llevan a una mayor comprensión del séptimo día de la semana y del propósito para el que fue instituido:


a. El propio Jesús resaltó que el día de reposo había sido creado para beneficio del ser humano, y por lo tanto, el enfoque debería ponerse en el hombre. Tal como las reglas que como padres establecemos sobre nuestros hijos buscan su bienestar y desarrollo, el shabbat es un descanso saludable y necesario para todo ser humano. Como dice Marcos 2:27, El día de reposo se hizo para el (o por causa del) hombre, y no el hombre para el (o por causa del) día de reposo.


Estuve en Israel hace unos 2 años, y una de las cosas más impresionantes es la rigurosidad con que se establece el sábado como día de reposo. Los religiosos más ortodoxos llegan a extremos inimaginables, y a veces absurdos, para demostrar su apego a los mandamientos de Dios. Por ejemplo, se abstienen aún de subir escalones, o presionar el botón de un elevador, convirtiendo así el shabbat más bien en una carga dificultosa, en lugar de verlo como una bendición del Padre. Estos extremos son claramente de imposición humana, y no se conforman al verdadero propósito del reposo.


b. Jesús afirmó tener total autoridad sobre el día de reposo, lo que sus contemporáneos interpretaron como una declaración de su naturaleza divina. Mt 12:8, El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo. Y Juan 5:17-18: Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo. Entonces, por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.


No sólo tenía el Señor plena autoridad sobre el shabbat, sino que es literalmente el Señor del día de reposo. Recordemos que ya habíamos dicho que existían semanas y años sabáticos, de observancia obligatoria para el pueblo de Israel; de la misma forma, las Escrituras nos hablan de un milenio sabático, en el cual el Mesías reinará desde Jerusalén sobre todas las naciones, trayendo paz y sanidad al mundo, redención y descanso para toda la creación abatida por el pecado y la maldad.


Romanos 8:19-21

Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de Aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.


Isaías 32:17-18

Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.


Lo más interesante de esta interpretación del Milenio es justamente que debería llegar al final de seis milenios regulares de la historia humana. Tomando como referencia el calendario judío, nos encontramos ahora en el año 5781 desde la creación de Adán y Eva, por lo que pudiéramos estar a unos 219 años del comienzo del séptimo Milenio, en el año 6000. Sin embargo, estudiosos sugieren que el cálculo correcto es otro, y que ya estamos en el año 5993, a las puertas del Milenio. En cualquier caso, es evidente que la venida de Cristo está ya muy cerca y que los años que restan darán paso al cumplimiento de toda la profecía bíblica que antecede a este gran evento.


¿Qué papel tendrá el shabbat durante el Milenio? Puede que creas que este asunto del shabbat es cosa del pasado, pero la realidad es que las Escrituras dicen todo lo contrario. El profeta Isaías habla sobre la observancia semanal del shabbat durante el reinado futuro del Mesías: Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová (66.23). También el profeta Ezequiel habló extensamente sobre lo que entendemos será el orden del culto en el futuro templo milenial en Jerusalén, y dice: Asimismo adorará el pueblo de la tierra delante de Jehová, a la entrada de la puerta, en los días de reposo y en las lunas nuevas (46:3).


En este punto del estudio preguntémonos, ¿Qué parte tenemos nosotros en este asunto del shabbat? Existe un pasaje de la Escritura que me gustaría compartir contigo, y luego lo dejaré a tu juicio personal. Recuerda que lo importante no es permanecer fieles a cierta corriente de doctrina, sino al Dios de la Biblia propiamente. Es posible, por lo tanto, que al intentar hacer esto, nos encontremos a nosotros mismos en un terreno de nadie, es decir, que lleguemos a una comprensión de las Escrituras que no necesariamente esté 100% de acuerdo con ninguna denominación cristiana en particular, pero sí con nuestro discernimiento de las Escrituras reveladas.


Recordemos también que la Biblia es una unidad, desde Génesis hasta Apocalipsis, y que el Nuevo Testamento es perfectamente consecuente con el Antiguo Testamento, y viceversa; por lo tanto no deberíamos intentar anular ciertos pasajes de la Escritura en favor de otros, pues todo se cumplirá tal como Dios lo ha dicho por medio de sus siervos los profetas.


El pasaje que te propongo se encuentra en Isaías 56:1-7, y dice así:


Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.

Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.

Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.

Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.

Reflexión final:

¿Deberían los cristianos guardar el shabbat? Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, ¿Cómo deberíamos hacerlo?


Isaías 58:13-14 (NBV)

Dediquen el día de descanso para honrarme a mí. No hagan negocios ese día, no lo usen para hablar de cosas inútiles. Más bien, disfruten el día de descanso con alegría y como un día especial dedicado a mí.

Si hacen todo lo que les pido, yo seré su verdadera alegría, y los llevaré de triunfo en triunfo, y les entregaré la tierra que les prometí. Yo, el Señor les confirmo que así será.


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