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Foto del escritorIvonne Montejo

Levítico 23: Las Fiestas de Primavera

Actualizado: 8 sept 2021

Esas cosas les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros. Se pusieron por escrito para que nos sirvieran de advertencia a los que vivimos en el fin de los tiempos.

1 Corintios 10:11 NTV


Ningún detalle de la Escritura es insignificante. Jesús dijo que es más fácil que el cielo y la Tierra desaparezcan, antes que una sola tilde de la ley deje de cumplirse (Lucas 16:17). Vale aclarar que se refería específicamente a lo que ahora llamamos el Antiguo Testamento, pues el Nuevo Testamento aún no existía. Así que, pese a la insistencia de algunos por desestimar porciones enteras de la Escritura en favor de otras más conocidas, sólo aquellos que escudriñan y aman TODA la revelación de Dios, pueden descifrar los tesoros ocultos y códigos proféticos que en ella se encuentran.


Prestemos especial atención a lo que escribe el autor de la primera carta a los Corintios: Esas cosas (refiriéndose a la historia del pueblo hebreo) les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros (...) que vivimos en el fin de los tiempos. Si analizamos el término que se traduce como ejemplo, encontraremos que es de donde proviene nuestra palabra castellana tipo, es decir, una figura, una imagen o patrón. De modo que la Escritura está repleta de tipos: figuras y patrones que se repiten en el tiempo, y que fueron meticulosamente orquestados, comunicados y registrados por el Espíritu Santo en el texto bíblico para nuestro provecho y crecimiento personal.


Tanto es así que los sabios judíos enseñan que hay por lo menos cuatro niveles diferentes de interpretación de las Escrituras. A semejanza de las capas de una cebolla, cada nuevo nivel es más profundo e intenso que el anterior:


Peshat: el sentido llano o literal de un pasaje (significa aplanar/ extender/ allanar)

Remez: el conjunto de principios y verdades representados en el texto (significa pista)

Drash: la aplicación alegórica, tipológica u homilética del mismo (significa escudriñar)

(Y) Sod: su significado oculto, secreto, o místico (significa oculto)


En nuestro estudio del calendario hebreo, y especialmente de las siete primeras fiestas que Dios estableció en el capítulo 23 del libro de Levítico, ciertamente podemos ir a través de estos cuatro niveles de interpretación, y preguntarnos:

  1. ¿Cuál es el contexto histórico y cultural para cada fiesta del calendario hebreo?

  2. ¿Qué principios y verdades universales nos enseñan?

  3. ¿Qué alegorías y tipos se hallan implícitos en estas celebraciones, meticulosamente planeadas y orquestadas por el Espíritu de Dios para nuestro provecho espiritual?

  4. Y finalmente ¿Qué información, conocimiento, mensaje o revelación especial, puede encontrarse oculto en las siete fiestas, que el Espíritu Santo quiere sacar a la luz en estos últimos tiempos?

En el estudio anterior, dimos una breve introducción a las fiestas, y mencionamos el término moed, que puede traducirse más exactamente como citas (como las citas médicas), un tiempo y lugar específico que ha sido separado para el encuentro con Dios. Otra palabra que se usa para designar las fiestas es miqra, que puede entenderse como santa convocación, llamado a la asamblea, o inclusive ensayo. Esta última acepción resulta ciertamente genial, pues nos permite ver las fiestas como la anticipación de eventos que tendrán lugar más tarde. Es decir, que los israelitas podían mirar a la luna y contar los días hasta la próxima fiesta, para discernir el tiempo, hacer los arreglos pertinentes y prepararse para ese día. De la misma forma, entendemos que las fiestas son avisos de Dios para nosotros, a fin de que podamos prepararnos.


Si finalmente unimos ambos conceptos (moed y miqra) cabe preguntarnos: ¿Será que el Espíritu Santo estableció cada fiesta como un ensayo (en preparación) de aquellos eventos futuros que han sido previstos por Dios para tener cumplimiento en un determinado lugar y momento de la historia de la humanidad? Y si es así ¿Cuáles son estos eventos, y cómo podemos prepararnos para su cumplimiento profético? Los estudiosos bíblicos coinciden en que al menos cuatro de estos eventos ya han tenido cumplimiento, y los restantes tres lo tendrán en los próximos años. ¿Qué pistas podemos encontrar al respecto en las Escrituras?


A continuación, leamos lo que Levítico 23 tiene para decirnos sobre las tres primeras fiestas, o fiestas de Primavera.


Levítico 23:4-14 NTV

Además del día de descanso, estos son los festivales establecidos por el Señor, los días oficiales para asamblea santa que deberán celebrarse en las fechas señaladas cada año.


La Pascua del Señor comienza a la caída del sol en el día catorce del primer mes. Al día siguiente, el día quince del mes, comenzarás a celebrar el Festival de los Panes sin Levadura. Este festival en honor al Señor continúa por siete días, y durante ese tiempo, tendrás que preparar el pan que comas sin levadura. El primer día del festival, todo el pueblo dejará el trabajo habitual y celebrará un día oficial de asamblea santa. Durante siete días deberás presentar ofrendas especiales al Señor. Al séptimo día, nuevamente el pueblo dejará todo su trabajo habitual para celebrar un día oficial de asamblea santa.


Entonces el Señor le dijo a Moisés: "Da las siguientes instrucciones al pueblo de Israel. Cuando entres en la tierra que te doy y recojas la primera cosecha, lleva al sacerdote el primer manojo de tu primera cosecha de grano. Al día siguiente del día de descanso, el sacerdote la levantará ante el Señor a fin de que sea aceptada a tu favor. Ese mismo día deberás sacrificar un cordero de un año sin defecto como una ofrenda quemada al Señor. También presentarás una ofrenda de grano de cuatro litros de harina selecta humedecida con aceite de oliva. Será una ofrenda especial, un aroma agradable al Señor. Además, debes ofrecer un litro de vino como ofrenda líquida. No comas pan ni grano tostado o fresco antes de llevar la ofrenda a tu Dios. Esta es una ley perpetua para ti, que se cumplirá de generación en generación dondequiera que vivas.


Si colocamos las primeras dos fiestas en una línea de tiempo, encontraremos que una se encuentra inmediatamente a continuación de la otra. La Pascua se celebraba al caer el sol el 14 del primer mes del calendario hebreo (Marzo-Abril), y al día siguiente comenzaba la Fiesta de los Panes sin Levadura. Esta segunda celebración duraba un total de siete días, de los cuales tanto el primero como el último se consideraban días de reposo, no necesariamente por coincidir con el 7mo día de la semana, sino que se guardaban debido a la fiesta. Es decir, los días 15 y 21 del mes eran de reposo y santa convocación. Con respecto a la tercera fiesta, la Fiesta de los Primeros Frutos, lo único que sabemos es que el sacerdote mecía la primera gavilla de cebada delante de la Presencia del Señor al día siguiente del primer Shabbat después de la Pascua, es decir, el primer día de la semana, que llamamos domingo.


Lo interesante de poder situar estas tres primeras fiestas del año en una línea de tiempo, es que puede ayudarnos a desmentir algunas tradiciones religiosas fallidas en favor del cumplimiento cabal de las Escrituras. Por ejemplo, los evangelios dicen que Jesús permanecería en el sepulcro tres días y tres noches, pero la tradición parece indicar otra cosa.


Mateo 12:40

Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez durante tres días y tres noches, el Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra durante tres días y tres noches.


Si seguimos la tradición religiosa que sitúa la crucifixión de Cristo el día viernes, y su resurrección el domingo en la mañana, tenemos que aceptar que el Señor sólo permaneció en la tumba poco más de un día completo; sin embargo, si seguimos el modelo que la Escritura nos ofrece, encontraremos que Jesús no faltó a su palabra.


Sabemos que Jesús resucitó al amanecer del primer día de la semana / domingo (Mateo 28:1, Marcos 16:2 y 9, Lucas 24:1 y Juan 20:1), pero ¿Acaso estamos igualmente seguros acerca de su crucifixión el día viernes? Si seguimos el orden de los acontecimientos durante la semana de la pasión, encontramos al Señor celebrando la Pascua con sus discípulos la misma noche que fue entregado a las autoridades religiosas. Aunque a menudo nos referimos a este evento simplemente como la última cena, en realidad se trata de la tradicional cena de la Pascua Judía, la cual se celebraba, como hemos dicho, al caer la tarde del día 14 del mes primero. Si tenemos en cuenta que los días hebreos comienzan y terminan con la puesta del sol, llegamos a la conclusión de que la crucifixión de Cristo tuvo lugar aún durante la fiesta de la Pascua. Es decir, el Maestro recibió el día cenando con sus discípulos y dentro de las próximas 24 horas, su cuerpo sin vida sería retirado de la cruz.


Si estamos de acuerdo en que la crucifixión tuvo lugar durante la Pascua judía, ¿Cómo explicamos lo dice el que el Evangelio de Juan 19:31, y que parece indicar que Jesús realmente murió el viernes de preparación para el sábado de Pascua? Quizá la mejor traducción al Español es la que encontramos en la NTV, que dice:


Era el día de preparación, y los líderes judíos no querían que los cuerpos permanecieran allí colgados el día siguiente, que era el día de descanso (y uno muy especial, porque era la semana de la Pascua). Entonces le pidieron a Pilato que mandara a quebrarles las piernas a los crucificados para apresurarles la muerte.


Un par de observaciones sobre este pasaje:

  1. Un día de preparación se considera el día previo a un día de reposo, ya sea el día séptimo, o cualquier día de reposo festivo. El texto original no dice que se tratara del día previo a la Pascua, como afirman algunas traducciones.

  2. El escritor del evangelio especifica que el día siguiente de la crucifixión no era un día de reposo común, sino uno muy especial, es decir, un día de reposo festivo.

Si volvemos a nuestra línea del tiempo en Levítico 23, recordaremos que justamente el día después de la Pascua era el comienzo de la Fiesta de los Panes sin Levadura, y un día especial de obligado reposo para todos los israelitas. Así que, Jesús debió ser crucificado durante la Pascua, y apresuradamente sepultado antes de la caída del sol el mismo día, pues el día siguiente era el primero de los Panes sin Levadura.


Otro pasaje de interpretación un tanto difícil se encuentra en Mateo 26:17, donde a simple vista donde leemos: El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua? (LBLA) El problema con esta traducción es que, como hemos dicho, la Fiesta de los Panes sin Levadura no comienza hasta el día siguiente a la Pascua. ¿Cómo es posible, entonces, que el relato de Mateo invirtiera el orden de ambas? Es posible hacer sentido del texto si recordamos que durante la Pascua también se come pan sin levadura, por lo que el escritor del evangelio pudo haberse referido a ambas celebraciones como una sola temporada festiva.


Ahora que hemos comprendido que Jesús no necesariamente murió un viernes, preguntémonos si en realidad no hace mayor sentido situar la crucifixión el jueves, o inclusive, el miércoles de la misma semana, con lo que se cumplirían al pie de la letra las palabras del propio Maestro sobre tres días y tres noches en el corazón de la Tierra. Puesto de otra manera, encontramos al menos dos días de reposo durante la última semana de Jesús: el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura, y el séptimo día (Sábado) de la semana.


Estudiosos de la Biblia sitúan un día intermedio entre ambos días de reposo, durante el cual las mujeres pudieron comprar especias para ungir el cuerpo sin violar las regulaciones del Shabbat. Visto de esta forma, el cuerpo del Señor debió permanecer en la tumba durante los primeros tres días de la segunda fiesta en el calendario hebreo (jueves, viernes y sábado), y fue levantado poderosamente de la muerte al final del tercer día (al caer el sol), con lo que las mujeres vinieron a la tumba muy temprano el domingo, al día siguiente del primer Shabbat, al mismo tiempo que el sacerdote en el Templo ofrecía los primeros frutos, que es la tercera fiesta de Primavera.


Bien, quizá estás pensando: Nunca había escuchado de esta cronología. En realidad, no es tan importante en que día exacto tuvo lugar la crucifixión; si fue el miércoles o el viernes, lo más importante es que murió y resucitó como dijo. Sin embargo, como veremos más adelante en nuestros próximos estudios, es esencial que podamos ver cómo, siguiendo el orden correcto y bíblico de los hechos, Jesús se convirtió en el cordero de la Pascua, quien daría cumplimiento exacto a la Ley ceremonial, y más específicamente, al calendario hebreo. El no podría haber elegido algún otro día del año para venir a Jerusalén y entregar su vida, tampoco para levantarse de entre los muertos (primicia de los que durmieron), porque estaba obedeciendo al pie de la letra las instrucciones y tiempos señalados por el Padre.


Realmente es una gran bendición hablar de estos temas que nos acercan más al verdadero Mesías de Israel. Si bien, durante muchos siglos la iglesia occidental ha hecho todo lo posible por divorciarse de sus raíces hebreas y presentar a Jesús como un Salvador al estilo gentil, totalmente desconectado de la cultura y las tradiciones judías antiguas, ya es momento de que abandonemos las tradiciones de hombres para abrazar la totalidad de la revelación bíblica. Alineémonos con Dios en estos tiempos difíciles, y deshagámonos de cualquier obstáculo de falsa religiosidad que nos impida ver a Cristo, tal como él es. Como dice 1 Corintios 5:7 (PDT): Desháganse de la levadura vieja para que puedan ser como masa nueva. Pues ustedes son como el pan de la Pascua, que no tiene levadura, porque Cristo, nuestro cordero de la Pascua ya ha sido sacrificado.


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