Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
(Salmos 5:3)
Por qué algunos cristianos pasan tiempo en oración y ayuno, mientras que otros no? Qué es lo que hace la diferencia entre una persona que se levanta de madrugada para orar y otra que apenas pronuncia una breve oración antes de irse a dormir? Por qué las reuniones de oración suelen ser las menos concurridas en comparación con otros servicios de la iglesia local? La respuesta más evidente a estas preguntas es el NIVEL DE EXPECTATIVA!
El nivel de expectativa es un elemento de la fe genuina. Si usted tiene fe es porque está esperando algo! Al contrario de lo que muchos entienden, la fe no se trata de creer que hay un Dios ( aún los demonios creen y tiemblan ) la fe bíblica implica expectativa. El autor de Hebreos lo describe así: "En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan." (Hebreos 11:6 NVI) La fe genuina se acerca a Dios esperando una respuesta; no por costumbre, ni por obligación, no porque es lo correcto, sino porque hay una recompensa para los que lo buscan! Es imposible agradar a Dios con una fe sin expectativa!
Cuando Jesús caminaba incansablemente por los caminos polvorientos de la Tierra Santa, él estaba buscando gente con expectativa; es por eso que podemos escucharle decir, "conforme a tu fe te sea hecho." Los evangelios registran milagros y sanidades expectaculares acontecidos a personas con niveles diferentes de expectativa: una mujer con flujo de sangre que decide colarse en la multitud para tocar en secreto el borde del manto de Jesús, un grupo de amigos dispuestos a todo que rompen el techo para bajar a un hombre paralítico en una camilla, un hombre completamente ciego que grita insistentemente a la distancia, un soldado romano que le pide a Jesús que únicamente dé la orden para que su criado quede sano en casa, un padre desesperado que hace caso omiso de las malas noticias mientras trae a Jesús al funeral de su hija, una mujer gentil que se niega a darse por vencida ante la aparente negativa de Jesús mismo.
Todos ellos tuvieron una cosa en común: una fe expectante! Ellos sabían que al acercarse al Hijo de Dios, el poder de Dios se manifestaría a su favor. Ellos entendían que en la presencia de Jesús había respuesta para cualquier necesidad; pero dice la Palabra que al pasar Jesús por Nazaret, "por causa de la incredulidad de la gente no hizo allí muchos milagros " (S. Mateo 13:58). No era este el mismo Jesús que iba sanando y liberando a todos en las ciudades vecinas? No era su intención hacer la obra de Dios también allí? Acaso no había gente enferma y necesitada en Nazaret? Había, pero no había expectativa! La gente lo veía como un hombre común, como el hijo de José el carpintero, y no venía para ser sanada; no había muchos nazarenos en la multitud que seguía al maestro.
Una fe expectante te empujará cerca de Dios, pero la falta de expectativa te dejará al margen de lo que El está haciendo. Cuando me acerco a Dios procuro ser consciente de que me estoy acercando a una persona real, y no a una superstición religiosa; debo esperar y buscar que El también se acerque a mí! Si le hablo sobre algún asunto, El también me hablará sobre el tema. Si tengo preguntas, El traerá una mayor revelación a mi vida. Si le adoro sinceramente, su presencia se hará manifiesta para mí; y si le pido algo, El obrará a mi favor!
El salmista David lo describe así: "De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré." No me presentaré sólo para hablar, también me presentaré para escuchar; no sólo para pedir, también para recibir de El. No me levantaré de mi oración y me olvidaré hasta la próxima, mantendré una actitud expectante y un espíritu receptivo durante todo el día.
Cuál es tu nivel de expectativa hoy?
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